miércoles, 9 de junio de 2010

La libertad del periodista





Para que os voy a fingir. Lo conocí gracias a George Clooney y su película “Buenas noches y Buena suerte”. Os hablo de Edward R. Murrow.Arrasó como locutor de radio para la CBS durante la Segunda Guerra Mundial. Fue seguido por legiones de oyentes que se contaban por millones y acabó dando el salto a la televisión.

Aunque la película dicen que es un buen reflejo de su personalidad, su voz se puede escuchar en internet, y tiene una fuerza característica. Lo que se llama un estilo propio.

Se hizo famoso por plantarle cara al senador McCarthy, en plena caza de brujas, motivada por una especie de histeria anticomunista. Dirigió varios programas y acabó siendo reclamado por el Presidente Kennedy, para la Agencia de Información de los Estados Unidos. Cuando se habla o se escribe sobre él, se hace mención a dos cualidades: Honradez e Integridad.


El camino inalcanzable de hombres como Murrow deben de inspirarnos. Sin duda la honradez y la integridad son el mejor patrimonio que podemos llevar en nuestras maletas. Todos tenemos a nuestros herederos de McCarthy para perseguirnos o presionarnos en algún momento de nuestras vidas. Y aunque nuestros enemigos sean más pequeños e inofensivos que los de Murrow, tampoco (en mi caso) ni trabajamos en la CBS y cobramos un sueldo discreto por nuestra labor.

Pero siempre es importante ser honesto e íntegro, intentar buscar la verdad. Publicar las verdades que podamos, porque no todo está en nuestras manos, pero lo que sí es posible es no publicar mentiras. Y si en algún momento nos equivocamos, rectificar es de sabios.

Cada vez que pienso en Murrow pienso en la libertad de expresión. Me acordé de él en unos meses informativamente intensos. Días de radio, poemas y dos webs a toda mecha. Y para colmo este blog. Precisamente leyendo comentarios en Anosacosta, volví a pensar en Edward y en la libertad.
Y en los herederos del macarthismo que pueden habitar en cualquier pueblo de la Costa da Morte o de Galicia. Pensé en lo importante que es el diálogo y la educación. Y también en las críticas y alabanzas que recibes por tus artículos. No me emociono con lo bueno ni me deprimo con lo malo. Pero agradezco que nos lean y que entre todos convirtiéramos a Anosacosta en un medio influyente y capaz de hacer mover conciencias. Y sobre todo, admiro a la gente de buen corazón y mejor talante. Ser demócrata es una forma de vida no un pin de adorno.

Y confirmo que mi función en esta vida es precisamente esa. Escribir. Comunicar. Sin mentir ni cobijar la maldad en mi pluma. Pero eso sí, informar, con libertad, tolerancia y juego limpio.

Quizás el precio sea demasiado alto. Pero al final las cosas suelen ponerse en su sitio. Y una batalla sin heridas es improbable. Y como díria Murrow: Buenas Noches y Buenas Suerte!.

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